Abrí el libro con la ilusión de quien echa de menos la presencia de la poesía en el menú diario emocional de los niños, en el "buenas noches" que construye un nido acogedor para los sueños... Qué decepción. No encontré ni poesía ni emoción. Ni forma ni contenido. Llegué al soneto y no llegaba ni a caricatura de soneto. Seguí adelante y no pude acabarlo. Lo siento si hacia el final algo merecía la pena. Mis disculpas. Las ilustraciones también hacen justicia al contenido. Una lástima.